29.3.11

queda usté debidamente invitado

Mirá vos lo que son las cosas de la vida y sus encuentros... Resulta que hay un filósofo que un día —aciago para él, diría yo—, y siguiéndole la pista a la gran Nariz del tango, Discepolín, cayó casi de casualidad, se chocó, mire, con este coso nuestro. Y vaya uno a saber por qué, no va que parece que le gustó.

Vino a resultar después que el filósofo este —que se subió al bondi y nos regaló más tarde unos cariñosos y elogiosos aunque inmerecidos conceptos— es el mejor amigo de un tal Juan Rosasco, músico el hombre, y poeta, que parece ser que el tipo era un habitué de la más pura cepa rante y poética, y no lo sabía. Y todo esto, fijate vo', gracias a Discepolín y a Aristóteles...

Cuestión que en sendas presentaciones en Saavedra y Lanús mediante, se fue cimentando una amistad de esas del corazón que está por tener su contrapartida musical arriba de un escenario. Porque resulta que Juan nos invitó a acompañarlo en la presentación de su cuarto disco, Ríe la puerta que da al jardín, el domingo 10 de abril a eso de las 9 de la noche en la Trastienda.

¿Qué tul?... Mejor no digamos nada, a ver si se aviva de con quiénes está tratando y se arrepiente...


Los Habitués, la mar de agradecidos.


Vengansé, y ¡Salú la barra!

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