31.10.11

brujas te voy a dar yo, cabeza de zapallo... (refrito 2009)

El otro día andábamos a altas horas por Palermo a secas (nos negamos a usar la sarta de nombres de porquería que le vienen adosando al barrio) y nos encontramos en un bar con un extraño objeto: una calabaza con agujeros y una vela adentro. Esto yo lo vi en algún lado, dijo Crespi, algo perplejo. Qué pelotudez, ¿no?, dijo Norton. Con la comida no se juega, sentenció, serio, Vittone.

Porque ¿qué es eso de andar recortando zapallos? ¿Estamos todos locos? ¿Dónde se ha visto? Porque digo, en estos pagos jamás se había visto semejante cosa. Mañana es treintiuno de octubre: Halloween, explicó, políglota, Moscato. ¡Jálouin! ¡A la perinola! Los Habitués se persignaron erizados los pelitos de la nuca (a veces se cagan bastante en las patas, hay que decirlo), ¡avemaríapurísima!, gritó Pernod, ¡sinpecadoconcebida!, soltaron los demás a manera de contraconjuro y ahí nomás salieron rajando, por las dudas, no sea cosa, convencidos de que estaban ante una nueva y acechante estratagema del Imperio para robarles el alma.




¿De dónde salió este asunto de jálouin, fiesta foránea, otra más, que nos quieren enchufar? Antes de continuar bien vale una aclaración: los Habitués, a priori, no están en contra de lo extranjero; mucho menos de las extranjeras. Y muchísimo menos de las fiestas. ¿Con extranjeras? De ninguna fiesta, Campari. El mundo es tan ancho, y redondo, dicen, que debe estar lleno de cosas maravillosas, fiestas populares de puta madre, la del chancho con pelo por ejemplo, que uno ni siquiera sospecha. Muy bien: bienvenidas sean. Las fiestas y las extranjeras. Pero che, en este caso, ¿no será mucho? ¿No nos estarán tomando un poco por boludos? ¿Que vemos cualquier gilada por televisión y salimos corriendo a comprarla o imitarla? Y ahí, justamente ahí, está la madre del borrego. Las madres de los borregos que se gastan una fortuna en un disfraz de juguetería pensando que, como sale en la tele, debe ser ¡¡¡redivertido!!!, ¿no?

Sin ninguna imaginación y disfrazados de mostros de molde, manufacturados, muy al gusto de jólibudlos niños deben salir a tocar timbres y gritar ¡dulce o treta!, con voz finita como corresponde a su condición. ¿Perdón? Esquiusmi, aidonanderstánuncatzo, diría yo antes de proceder a cerrarles la puerta en las mismísimas y pequeñas naricitas. Cosa seria, mecachendié... Rajá de acá o se pudre, Draculeta...

Lo que siguió a este triste descubrimiento fue una honda preocupación y una pregunta: ¿cómo hacemos, qué podemos hacer, para contener el aluvión de pelotudeces que nos llueven a diario desde el norte? (Como sainpatric, por ejemplo, San Patricio en buen criollo... ¿alguien anduvo por el centro ese día? Bueno, manadas desaforadas de nabos vestidos de verde y con pinta de júligans tomando birra que da calambre. Los Habitués sabemos hacerle el honor a una buena pinta de cerveza de vez en cuando, pero muchachos, qué necesidá de andar haciendo el otario pa' las cámaras...).

Indignados y decididos a tomar cartas en el asunto, con la Noche de Brujas encima, nos pusimos a evaluar distintos cursos de acción. A saber:

Salir por el barrio el sábado a la tarde a tocar el timbre a los vecinos explicando que estos grupos de inocentes, simpáticos y sonrosados querubines son en realidad conspiradores a sueldo de la CÍA. Y que, por supuesto, no hay que darles nada de lo que exijen, ni caramelos, ni agua, ni petróleo, ni lamadrequelosparió.

Otra propuesta fue la de salir a la noche a increpar directamente a los niños involucrados:

-A ver, mocito, ¿me quiere decir de qué corno viene usted disfrazado? Ahá, de esqueleto sangrante... Y digamé, ¿el disfraz se lo hizo su abuela? Ah no, lo compró ya hecho. Ahá. ¿Y no le da vergüenza? Ah, no le da. Me dice por favor dónde vive que tengo que decirle unas palabritas a sus papás...

La discusión venía peliaguda y finalmente derrapó cuando uno, no voy a decir quién, propuso aprovechar la volada y salir nosotros mismos disfrazados de niños-que-a-su-vez-están-disfrazados-de-mostros y tocar el timbre a los vecinos al grito de ¡vino o treta! Por ahí ligamos algo, ¿pueden creer que dijo...? (la versión original rezaba ¡vino o te quemamo' el rancho, te quemamo'! Increíbles algunos Habitués). Sin entrar en argumentaciones más complejas la idea se rechazó de plano por las dificultades que presentaba el hecho de intentar hacernos pasar por niños. A nuestra edad y con esta busarda, muchachos, dijo otro (tampoco voy a decir quién).

La alternativa finalmente votada por unanimidad fue la que se consideró más contundentemente pedagógica:

¿Querés Noche de Brujas? Noche de Brujas te vamos a dar, y a atenerse a las consecuencias, fue la consigna. Se programaron entonces ataques relámpago. Esperar emboscados (detrás de árboles añosos, en zaguanes oscuros, adentro de algún contenedor de basura) las alegres caravanas de infantiles mostrencos para salirles al paso con un aterrador rugido y las manos en forma de garra al grito de¡aaaahijunaconlalobunaasílosqueríaagarrarmangadecipayos, sevanrajandoyamismopasuscasasmocososatolondrados!, y a ver si así les quedan ganas de andar instalando festejos ajenos pa' llenarles los bolsillos a más de un rana. Y que le vayan a cantar al Jinete Sin Cabeza.

A la hora de escribir estas líneas algunos Habitués deben de andar por ahí correteando y espantando, y, hay que decirlo, divirtiéndose como locos, cumpliendo la misión encomendada. Supongo que mañana los comandos de combate "La Momia Blanca" y "Ni loco te cruzo solari el descampado" emitirán sus respectivos comunicados dando cuenta del resultado de las acciones. Cuando salga el sol veremos en qué termina todo esto. Si con el triunfo de los muchachos o la definitiva victoria de las huestes imperiales.

El Carnaval de Juanito LagunaAntonio Berni, 1960

Damos por finalizado este acto no sin antes dejar un saludo y un brindis en honor de tanto monstruo nuestro devaluado y negado: el Hombre de la Bolsa, el imponderable, total, oscuro y nunca visto Cuco, el Lobizón, qué sé yo, la Llorona, el Alma Mula, la Luz Mala, el mismísimo Mandinga, sin ir más lejos, que han poblado de terribles, y deliciosos, terrores nocturnos nuestra infancia, los primeros fogones, los rincones oscuros.

El otro brindis es obligado y va en honor del Carnaval nuestro, que está acá a la vuelta de la esquina, en un par de meses nomás, y que tiene mucha más onda. Se juega con agua, como corresponde a la época del año, los chicos corren a las chicas y viceversa, la gente sale a la vereda, chicos y grandes se disfrazan de lo que les viene en gana, y una ropa vieja y vistosa, una sábana, algo, un corcho quemado más algún coso encontrado pa' completar alcanzan (y sobran) para divertirse y ser felices un rato.


Con la satisfacción de la tarea cumplida, los Habitués se van a apoliyar un rato y a juntar fuerzas pa' seguir combatiendo, a puras voces y bombo con platillo, humildemente, desde su sencillo oficio de cantores, a los monstruos de verdad. No hace falta y no los voy a nombrar, todo el mundo los conoce. O por ahí sí hace falta, que anda un poco confundida la gente. Usté dirá: hambre, egoísmo, miedo, paco, miseria, desprecio, UCEP, algún que otro cardenal, algún que otro empresario, algún que otro ex-comisario, y siguen las firmas...

Señores, señoritas: ¡Salute! Y hasta más ver.

22.10.11

mangazo habitué: inútiles detalles

Queridísimos amigos y amigas, pebetes y purretas que gentilmente han decidido darnos una mano con esto del lonplei:

Antes que nada muchas, miles, millones, billones, trillones, infinitas punto rojo GRACIAS POR LA GENEROSIDÁ (no todos los días un fulano te pide un mango y uno se lo da así, sin más). Estamos conmovidos, de verdá verdadera.

En segundo lugar, les informamos que la semana que viene va a estar abierta una cuenta bancaria, cuestión ésta que se les informará oportunamente. Así que todos aquellos a los que les guste lustrar los pasillos de esos antros siniestrones, o curtan onlain banquin, agarran, van y garpan lo que corresponda, y luego nos informa por correo "ojota, que ya pagué, ¡eh!" o algo por el estilo.


La otra opción, quizás más sencilla y expeditiva, es la siguiente: Si usté tiene un habitué a mano (puede ser cualquiera de ellos, no importa), usté va, lo aborda, y le chanta che, piscuí, te vengo a garpar el lonplei. El habitué saltará loco de alegría y, si es ustéd dama, la invitará a salir. Niéguese, y ahí mismo entréguele el tovén. Exíjale que le entregue el estiquer autoadhesivo que aparece ahí arriba, que, como ve, vendría a ser como una fotito pero que se pega en cualquier superficie, y no se deje engrupir con patrañas del estilo uy, mirá, justo no lo traje, o ah, lo tengo en casa, ¿querés venir?, o cualquier otra similar (el estiquer es en realidad un vale de curso legal y, por lo tanto, muy IM-POR-TAN-TE).

Después de dejarle sus datos despídase amablemente, pero, con las precauciones del caso, sígalo (al habitué en cuestión, claro). Si usté llegara a comprobar mediante este método que el habitué se mandó derechito para una mesa de escolazo, bingo, hipódromo, casino, flotante o de los otros, local de quiniela, etc., denuncielo in-me-dia-ta-men-te a la polesía e interrumpa su espúrea transacción al grito de ¡Ahahahaha, ansina te quería agarrar, sotreta! y cáigale encima con todo el peso de la ley, o de un ladrillo, asigún lo que tenga más a mano.

Si no ocurre nada de esto, puede dormir tranquilo sabiendo que el lonplei pronto llegará sus manos.

¿Hasta acá estamos, masomeno? Enhorabuena.

Gracias otra vez, y estamos en contacto. 
¡Salú!


PD: No saben qué lindo está quedando...

17.10.11

mangazo habitué: pre-venta

Hemos de confesar, pa' ser sinceros, que no esperábamos taaanta repercusión. El disco Habitué, el famoso lonplei, que es en realidad un cedé como cualquier otro pero con los Habitués adentro, digamos, parece ser que ha levantado olas de ansiedad. Hordas salvajes de circunspectos señores, señoras con la pintura corrida por el forcejeo, se lanzan sobre las bateas de las disquerías reclamando a grito pelado el mencionado artículo sonoro. Y los Habitués, siempre listos a surfear con dignidá arrabalera cualquier parada por más peliaguda que se presente, deciden entonces hacerle un bien al mundo y comenzar a vender el coso redondo con un bujerito en el diome y del que sale algo así como música YA MISMO.

Ahora bien, como resulta que el coso todavía no está grabado del todo... nos vemos en la obligación de pedirles, por un lado, paciencia, y por otro un acto de fe en forma de... moneda de curso legal, digamos (llámese vento, guita, morlacos, billete, moneda, papota, filo, teca, en fin, todos sinónimos de vil metal), pa' ver si con su aporte logramos sacarlo de una buena vez y como dios Momo manda: bien debute y bien bacán, con daguerrotipos de la mejor calidá, un sonido pulenta, un diseño pituco y entrador, todas las demás chucherías que suelen aparecer en el librito que va adentro y, sobre todo, a ver si contratamos a algún coro que cante un cacho más afinado y nos ahorre laburo...


Entonces, el asunto sería así: usté agarrá y "compra" anticipadamente el lonplei de los Habitués y nosotros le juramos y recontrajuramos por nuestra madre, por dios Momo y por Carlitos que se lo hacemos llegar ipso facto, en cuanto esté listo, editado y sonando chiche bombón. Con viento a favor y con su aporte, estimamos que en diciembre, enero a más tardar, lo tiene en sus manos.

¿Qué gana usté? Bueno, en principio, lo paga más barato (casi, casi a precio de costo, mire). En segundo lugar, se queda con el estiquer de la imagen que aparece ahí arriba, que es lo que le damos como vale por su compra, y, además, para hacer más seductora la oferta, cuando le entreguemos el disco propiamente dicho le vamo' a hacer un regalito extra que todavía no tenemos definido, pero que seguramente será cualquier gilada lo más monona que se pueda (un caballito de mar de esos que cambian de color cuando llueve, un llavero con las iniciales LH, una cena romántica con Rodolfo Pascualón, o algo por el estilo).

Y, además, se gana la tranquilidad y el orgullo de estar ayudando a una causa... bueno, a una causa...  masomeno, pero rante, poética y musical, como nuestro nombre lo indica. ¿Qué le parece? Entonces,

Promo 1:
1 DISCO HABITUÉ + ESTIQUER PROMOCIONAL + REGALO SORPRESA: ¡30 (treinta) pe! 

Promo 2:
2 DISCOS HABITUÉSESTIQUER PROMOCIONAL + REGALO SORPRESA: ¡¡¡50 (cincuenta) pe!!! 

Todavía no sabemos cómo vamos a organizar todo en detalle, pero pronto habrá novedades, algún número de cuenta y esas cosas. Por lo pronto, si quiere acceder a estas maravillosas promociones, nos puede ir mandando un correo electrónico a loshabitues@gmail.com, con la leyenda "preventa disco habitué" en el asunto, y en el que ha de incluir sus datos personales, número de DNI, y la cantidad de discos que quiere reservar. Nosotros nos contactamos con usté y ya vamos organizando la cosa.

¿'tamos? ¿Qué le parece? ¿Quedó clarinete? ¡Fenómeno!

¿Cuántos quiere, doña? Hagan fila, por favor... Señor, respete su turno... Esperame un segundito, corazón... ¡Ya te doy el tuyo! Tranquilos, por favor... ¡tranquilos!... ¡¡¡TRANQUILOS QUE HAY PARA TODOS!!!

¡Salute! Y graciaaaaaaaaaaaaaaaaaaas...

14.10.11

vinilo habitué: REC

Entonces, como ya todo el mundo sabe, los Habitués (que están grabando un disco, no sé si les dije) los invitan atentamente a ustedes el viernes 28 del corriente a participar justamente de la grabación del disco ese que están grabando los Habitués.

El tangazo en tiempo de murga Melodía de arrabal, la bellísima retirada No es mi despedida y el Himno Nacional Carnavalero (estrenado en el corso de Culpina ahí en el Bajo Flores el domingo 6 de marzo próximo pasado, víspera del feriado nacional), serán las bonitas páginas del disco que los Habitués están grabando a las que los invitamos a ponerles voz, su imprescindible presencia y su alegría sin igual. Así que vayan ensayando, ¿tamo'?


Si usted quisiera o quisiese sumarse a esta patriada rocanroltangomurguera (el disco que los Habitués... etc.) a pura garganta y taura corazón, vengasé nomás, que será bien recibido. Los Habitués (que están grab... ¡¡¡pará!!!), profunda y eternamente agradecidos.

Viernes 28 de octubre

Café Vinilo
Gorriti 3780 (y Salguero), Palermo
21 hs. - Entrada: $ 25  (anticipadas: $ 20)


Horario de Boleteria:
Martes a Jueves de 18 a 22 hs y Viernes a Domingos de 20 a 24 hs.
Tel: 4866-6510 - Mail: info@cafevinilo.com.ar


Reservas, hasta un día antes del show:
reservas@cafevinilo.com.ar
Las reservas caducan 15 minutos antes del horario de la función.
Se reserva el lugar, no la ubicación. La ubicación es por orden de llegada.

Venite, ¡eh! No te la podés perder, pebeta...

¡Salú!

11.10.11

discografismos

Muy bien, señores, señoritas, tantos y entrañables amigos y amigas que de corazón nos acompañan desde hace tiempo en esta gira mágica, loca y misteriosa:

Ha llegado la hora de revelar la hasta ahora ¿secreta? razón por la cual esta patota rante se encuentra desde hace rato ausente de la esquina del rioba. Los Habitués, sí, ellos, o sea... nosotros, estamos ¡¡¡GRABANDO UN DISCO!!!


Y mire que fue una decisión difícil. Lo discutimos mucho... pero vea, les dejo un botón de muestra, para que entienda de qué va la cosa en la cocina habitué y se de una idea de por qué tanta zarangarlanga:

—¿Grabar?, ¿qué vamo' a grabar? No lo va a comprar ni el loro... 
 —No, si el Loro dijo que lo compra... 
 —Escuchame una cosa, si le encajamos uno a la vieja, a las tías, ¿abuelas?, por ahí arrimamos. No te digo para un disco de platino, pero... 
 —En vivo, bolú, y a otra cosa mariposa. 
 —Campari tiene. 
 —Pero ¿qué querés grabar? Siga el corso ya lo grabó el Zorzal. Y como nadie. Dejate de joder... 
 —... por ahí uno de cobre, y nos damos el gusto. 
 —¿Qué Loro? 
 —Se vende solo, querido. Haceme caso... 
 —¿Lo qué, tiene? 
 —Ojota que también tenemos que ver de dónde sacamos la guita. 
—No, che. El disco habitué tiene que ser conceptual, de estudio. Todo blanco y con... 
—Abuela. 
—No me acuerdo, che, ¿qué Loro? 
—¡Paráaa, borracho! ¡Ja, ja, ja! 
—¿Quién, quién, quién? 
—¡Uh, rompequinotos! El Loro. 
—... una espuma de regalo. 
—Dejate de decir macanas... 
—¿Por qué no? 
—¿Por qué no, qué? 
—¡Ah, sí, el Loro! 
—¿Qué abuela? 

Bueno, en fin... Cuestión que no sabemos muy bien qué es lo que terminamos decidiendo, pero el clamor popular —a esta altura del partido y todavía ustedes calentando la silla, dicen las malas lenguas— decidió por nosotros. ¿Cuándo van a grabar, eh? Che, ¿disco tienen? Tanto se corrió la bola que hasta el mismísimo Gustavo Saltalaolla..., Santa Gianola..., Sanatayo...lala... bueno, ese, nos vino a proponer producirnos. De más está decir que lo sacamos rajando, aunque, en vista de lo anterior, no sabemos si fue decisión nuestra o de él:

—Nuestra estética no se vende, Gustavo. 
—Nuestra estética es más bien como una ética, ¿entendés? 
—Yo pensé que era una anti-estética, mirá vos... 
—No, no, no...
—La integridad y la coherencia es nuestra bandera, ¿capisce?
—Y la incoherencia también. Innegociable. 
—Nuestro sonido no necesita producción, pebete. Lo producimos nosotros solos. 
—A ver, produzcámosle un sonido al señor para que vea... 
—Pará, pará... Principiemos por el empiezo: ¿Cuánto hay, Gus? 

No hubo acuerdo, claro. Pero es como decíamos... creo. Las multi-irracionales discográficas no son lo nuestro. Así que así, acá estamos: ¡¡¡GRABANDO NUESTRO PRIMER LONPLEI!!! Caserito, a nuestro gusto (y ojalá que al de ustedes).

En un rato la seguimos... ¡Salú! 

6.10.11

murga y puesía

Los Habitués, si en algo creen, es en los poetas. La poesía duele.
Y quema: con eso ya alcanza para ganarse, por lo menos, nuestros
respetos, ya que, como ocurre con todos los asuntos delicados,
se necesita de un corazón taura y valiente,  y un alma extensa...

Usté lo conoce a Ramiro Moscato, ¿verdad? Si nos vino a ver alguna vez de seguro que lo conoce: el quía que tira los papelitos mientras recita... Sí, el del peinado futurista. Bien, ese.
Resulta entonces que este muchacho, habitué de la más pura cepa, es un poco algo así como una especie de bardo un cacho atorrante y lírico... El poeta de la barra, digamos. Y la cuestión viene a ser que no es que el chabón se haga el loco, o se quiera hacer el langa, sino que el tipo lo lleva en la sangre, porque resulta que es hijo de otro poeta, pero en este caso de verdad verdadera, poeta posta, chiche bombón y bien bacán, pata 'e lana de las mismísimas Melpómene, Erato y Calíope, musas que además de estar buenísimas parece ser que le susurran al oído inspiradísimos versos, fetén fetén.

Decía entonces que Moscato, hiju'e tigre, es nada más ni nada menos que el hijo de don Rafael Vásquez, poeta de la san p...iiiiii, entrañable amigo de esta patota rante, compañero de la tinta y de la pluma, de la birome y la servilleta. Y como don Rafael se apresta a presentar un nuevo libro de poemas de su autoría —el miércoles que viene ahí por Almagro— su chiquilín y sus amigos habitués se preparan de corazón, cómo no, para al cierre sonarle la festichola canturreando algún tanguito, algún murgón.

Ahora bien, por qué siendo padre e hijo, se preguntarán ustedes, tienen apellidos diferentes es un misterio que escapa a mis actuales conocimientos... (Vásquez de seguro es el nombre artístico, me dicen acá). En fin, ahí nomás les va la informeta del asunto:


¿Ta bien? ¿Alguna duda? ¿Ta todo claro? Se vemo' ahí, entonces... Que vivan las lapiceras y los papeles en blanco...
¡Salú, poeta!

3.10.11

mozo, ¡otra!

Estimados: Desde el viernes que esta patota rante se encuentra en un estado similar o parecido, cercano, al éxtasis místico provocado por la catarata de música, vino, aplausos, baile..., vino, risas, vino... y emociones que tuvo lugar en el ya mítico escenario palermitano de Café Vinilo.

Invitados de lujo, la Pipi y Antonio, el Pardo Padilla, nueva camiseta habitué, bonitas páginas fuera de programa, un coro enamorado del rioba registrado para la inmortalidá, unas medias de color incierto...
En fin, les dejamos algunas imágenes de nuestra amiga e inefable mendocina Carolina Calivar, pa' que se babeen junto con nosotros al volver a pasar por el corazón los sucesos sucedidos. Ahí van:


Queridos, queridísimos habitués de los Habitués, barra feliz: ¡GRACIAS!
¡Salú!