16.3.11

¿lo qué?

Aunque a los Habitués les gusta y les sale pegarse una pátina de vez en cuando —como si fuera glostora, mire— de nostálgicos colores sepias, en realidad prefieren más los prometedores futuros que los ya cumplidos pasados. Tipos modernos, no se dejan asustar por el paso del tiempo y saludan la novedad y el cambio incesante, y se tiran de cabeza, aunque más no sea por curiosidá, sobre todo aquello con olorcito a nuevo, promesa de nuevas mezclas, de nuevos quilombos...

Pero, habiendo dicho lo anterior, hay que decir que una cosa es la novedá y otra cosa es la gilada. Y esto viene a cuento porque los Habitués ven consternados cómo nuestro bello y florido lenguaje —propiamente el viejo y querido Castilla— viene siendo reemplazado, en la juventud, por usos y costumbres ajenos, y palabrejas de extrañas sonoridades...

Porque digamé, ¿qué necesidad hay de decir fac (fuck), cuando puede soltarse un mucho más elegante y sonoro taquetetiródelaspatas? ¿Qué fac es más corto? ¿Y qué... tas apuráu?

No voy a hacer aquí una relación extensa sobre el tema. Sólo diré que a raíz de estas peliagudas cuestiones, los Habitués acaban de decidir brindar un nuevo servicio para los pebetes y las pebetas que tienen el balero lleno de polenta anglosajona: EL TALLER HABITUÉ DE LUNFARDO, nuestra más bella flor, si de rítmica y poética se trata....

Y para empezar —y para que las nuevas generaciones se vuelvan a dejar cautivar por las bellas sonoridades del lenguaje del rioba—, vamos a enchufar acá a manera de manual inicial la "Milonga lunfarda", con letra de Mario Cecere, y grabada, como no podía ser de otra manera, por el Feo Rivero:




Milonga lunfarda

En este hermoso país que es mi tierra, la Argentina,
la mujer es una mina y el fueye es un bandoneón.
El vigilante, un botón, la policía, la cana,
el que roba es el que afana, el chorro un vulgar ladrón,
al zonzo llaman chabón y al vivo le baten rana.

La guita o el vento es el dinero que circula;
un cuento es meter la mula, y al vesre por al revés.
Si pelechaste, tenés, y en la rama si estás seco.
Si andás bien, andás derecho; tirao, el que nada tiene,
chapar es, si te conviene, agarrar lo que está hecho.

El cotorro es el lugar donde se hace el amor.
El pashá es un gran señor que sus mangos acamala.
La vecina es la fulana, el tordo es algún doctor,
el estaño un mostrador donde un curda se emborracha,
y si es que hacés pata ancha te la das de sobrador.

El que trabaja, labura; quien no hace nada es un fiaca,
la pinta es la que destaca los rasgos de tu apostura.
Mala racha es mishiadura, que hace la vida fulera.
La cama es una catrera y apoliyar es dormirse.
Rajar o piantarse es irse, y esto lo manya cualquiera.

Y qué te van a contar, ya está todo relojeado.
Aquello visto, es junado, lo sabe toda mi tierra.
Si hasta la Real Academia, que de parla sabe mucho,
le va a pedir a Pichuco y a Grela, con su guitarra,
que a esta milonga lunfarda me la musiquen de grupo.


¿Ta bien? Bueno, por algo se empieza...
¡Salú, muchachada arrabalera!

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