19.3.12

los habitués en la cresta de la ola

No por nada le dicen el Mago a Aurelio Cynar, amigo personal y bombista habitué. Porque..., vea, ¿estuvo usté ayer domingo 18 de marzo en el gallin... perdón, en el estadio de Ríver Plei viendo al quía éste, Ro Yerwoters? El del paredón... Ese, sí.

Bueno, nosotros también; porque vino a resultar que los Habitués habían comisionado a una comisión —integrada por el mencionado Cynar, el amigo Crespi (que son los que aparecen en cámara), el Francés Pernod registrándolo todo, Carcassonne en algún lugar del estadio y/o del éter, y el que suscribe, Manuel Flores, el Negro, pa' lo que guste mandar— para que vaya y vea a cuento de qué tanto alboroto con el asunto éste del murito famoso, la medianera ésta.  

Pues bien, resulta que allí estábamos, en la mismísima punta izquierda (o derecha, depende de dónde estea usté parado) del mencionado murallón, un cacho aburridos esperando el inicio del espectáculo, cuando Aurelio se levanta y nos chanta: Vamo' a hacer una ola, vamo' a hacer, y ahí nomás puso gola y manos a la obra y empezó a los gritos a organizar la cosa...

La primera intentona contó con el apoyo entusiasta de los habitués allí presentes más algún comedido de esos que nunca faltan (por suerte, en este caso). A la tercera o cuarta la cosa empezó a tomar color, porque el movimiento ondulante de los cuerpos estaba a punto de rebasar la platea Belgrano y pasar al otro lado. A la sexta, ¡el milagro! La ola llegó, por arriba y por ajoba, hasta la otra punta del estadio, a la mismísima punta derecha (o izquierda, depende de d... deje, ya entendí) de The Wall, electrizando de emoción, y en un sentimiento de vivísima comunión, a los allí presentes que estallaron en un aplauso intenso y feliz. ¡Qué grosso Ro Yerwoters!, habrán pensado los que todavía estaban arafue y escucharon la ovación. ¡¿Ma' qué Ro Yerwoters?! ¡¡¡Aurelio Cynar, papu!!!

Les dejamos aquí, entonces, el fiel testimonio de ese momento, cuando la cosa estaba encaminada y pegando la segunda o tercera vuelta completa:


En fin... Como puede usted ocservar en el coso, los Habitués evidentemente marcan tendencia, imponen "agenda", como se dice ahora. Y evidentemente también, con semejante ascendente sobre las masas, no hacemos la revolución porque no se nos da la real gana... Entre nos, porque nos da un poco de fiaca, vea...

Después de semejante hazaña, orgullosos y satisfechos, po-de-ro-sos, nos fuimos del estadio a tomarnos una y a hincar el diente en una de muzza con fainá.

¿Qué tal estuvo el shou?
¡Salú!

¡Oooh, vamo' Roger Wo!, Roger Wo, Roger Wo, ¡vamo' Roger Wo! ¡Oooh...!

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