Hay una noche —¡una noche!— especial, elegida por los dados del Destino, en la que los Habitués, como corresponde a todo conjunto carnavalero que se precie, se van de gira nocturno-matinal por tres o cuatro corsos de nuestro Querido y Gran Buenos y les proponen a ustedes vivir de atróden la fiesta invitándolos a subir al, o a los, bondis que los habrán de llevar de corso en corso, de barrio en barrio.
Y no hace falta que le diga que la noche, el Carnaval, la gira, el rioba plateado por la luna y un sinfín de estrellas, los amigos y amigas, el murgón, la música, los bombos y el baile, y por qué no el jugo de naranja (?) ingerido en grata compañía hace de esa noche una noche única, misteriosa y mágica como sólo el Carnaval porteño puede ofrecer y que la convierte, seguramente, en una de esas noches que usté recordará toda la vida...
Este es el testimonio de aquella noche:
¡¡¡Salú la barra!!!
(Gracias, Ruso. Sin palabras...)
- los habitués: inicio
- Próximas presentaciones
- ¡contactos habitués!
-
Anacrónicas
- homenajes
- crónica encontrada en una botella
- sortijas y calesitas
- perlitas del once
- araca, arrabal, canta zarabanda
- arroz con leche, me quiero casar...
- pa' mí que sí...
- medios de por medio
- ¡Que se me sube la mostaza...!
- Noche de brujas te voy a dar yo, zapallo
- dan ganas de balearse en un rincón
- Los Habitués: radiografía política
- fotos, música y videos
- suscripciones varias
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