Y, como no podía ser de otra manera ya que de habitueses se trata, mientras prometemos retomar la escritura, aprovechamos para, digamos, reinaugurar el coso, con una obra, un gesto, de amor. Vea:
Sin palabras para semejante lindeza. No nos queda más, entonces, que intentar estar a la altura de los amores que nos habitan, y darle pa' adelante como sólo Los Habitués saben hacer: o sea, de cualquier manera y a la que te criaste, pero, eso sí, de corazón, apasionada, loca y desafinadamente.
Queridísima purretada carnavalera, ¡salú!
(¡Te pasaste, Karina India Carreras! ¡¡¡Tantisisísimas gracias!!!)
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