Che, ¡cómo estamos con las fechas, muchachos! ¡No damos abasto, viejo, con tanta fecha patria! Vea si no: el 7 fue el cumpleaños de nuestro padre Carlos Mugica; el 8, San Perón, cumpleaños de Helje-Nerhal; el 9, aniversario del Che Ernesto de la Higuera y cumpleaños de Juancito Lennon; y el 11, o sea hoy, es el cumpleaños de nuestra bienamada Miriam Bianchi, Gilda pa' los amigos (y de Tita Merello, ya que estamos), digo, y citando un poco al tun-tún.
Lo que pasa es que el que te jedi, o sea yo, el que aquí escribe, se fue a remontar barriletes a Mar del Tuyú el fin de semana largo, y no tuvo tiempo el pobre de sentarse a escribir nada de nada, extasiado como estaba admirando el vuelo a lo Ícaro de su cometa-aguilucho turquesa y la intensa relación de amor allá en lo alto entre ésta y una solitaria gaviota (seguro usté conoce, ha visto alguna vez, el singular efecto de inmovilidad que perpetran las gaviotas cuando se dan cuenta que uno las mira, fingiendo ser quizás un adorno volante, quizás un móvil, o lo que fuere que fingen ser... Quizás, por qué no, justamente una cometa...). En fin, como el lúdico experimento devino en desastre reflejado en una galleta de titánicas proporciones (el noviazgo en ciernes tampoco properó) heme aquí, nuevamente, intentando ponerme al día con esto de las efemérides habitués.
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Mapa invertido, Joaquín Torres García, 1943 |
Movidito entonces el mes de octubre, porque viene además con una novedad. Mañana, y por primera vez (todavía no se aprobó el proyecto de ley pero no importa), estaríamos festejando ya no el Día de la Raza hispánica y católica si no el Día del Respeto a la Diversidad Cultural. Muy bien, che, enhorabuena, me parece fer-pe-toc.
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Mañana también, además,
nuestros paisanos los indios, los cumpas originarios, hacen una marcha al Congreso en reclamo de la sanción del proyecto de
Ley de Reparación Histórica, que tiene, la verdá, un par de cosas interesantes, como por ejemplo el reconocimiento de la propiedad comunal de la tierra, cosa ésta bastante reñida por suerte con el
concetoc de propiedad privada que, digo yo, es la causa de casi todos nuestros males...
Por nuestra parte, y como el cambiazo éste, si bien bienvenido, llega con unos quinientos años de retraso, los Habitués, americanos del sur hasta el último pelo del culo, prefieren ni acordarse de aquel fatídico día 12 de octubre de 1492 para acordarse hoy, 11, de lo bien que estábamos por estos lados antes que nos "descubrieran" los muchachos éstos de la cruz y de la espada y el diario "El País", tan civilizados ellos.
Ahora bien, como los Habitués también son descendientes de gallegos y tanos y no por eso menos americanos hasta el último pelo de lo que ya dijimos antes (y que de purezas no sabemos ni queremos saber nada), que bebemos y nos mojamos las patas en todas las fuentes y celebramos el entrevero y el mestizaje, no quisiéramos hacer de lo anterior una impostura, que está medio de moda ver parvas de gringos y bienintencionados niños bien enarbolando wiphalas, tocando el sikus y ponderando culturas originarias de allá lejos y hace tiempo, cuando la realidad del desprecio y la negación la vemos todos los días acá mismo a la vuelta de la esquina. Cuando muchos de los debates políticos de ultimísima actualidad están teñidos del color de la colonización, mental y de la otra. Porque el destino de nuestra América se nos juega a todos todos los días. Cuánto en verdad de la América profunda, morena, negada, asesinada, la tenemos acá a dos cuadras, malviviendo, resistiendo y creando la sempiterna mescolanza codo a codo junto a nosotros en las grandes ciudades, y por ahí no lo vemos como parte del mismo problema...
Ahora, qué corno tendrá que ver todo esto con las gaviotas y los barriletes, ni yo mismo lo entiendo, pero algo, seguro tiene que ver. Y si no, no importa, que los Habitués por lo menos hoy andan de festejo y, como no podía ser de otra manera, de brindis en brindis.
Por nuestra América de piel oscura, originaria y mestiza, y por la trinchera que es una y es la misma, ¡salute, hermanos! Y feliz día.
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