Más allá de estas cuestiones, y como los Habitués a sus amigos los festejan y los honran todos los días, en realidad propugnan establecer el más interesante Día del Enemigo. Porque, enemigos, enemigos mortales, los Habitués tienen unos cuantos. Entonces: qué tal plantear un día rojo, una trinchera de combate, una ocasión para enarbolar banderas, gritar consignas, organizar tumultos y escaramuzas, hostigar a los pinches tiranos con gomeras de rulero, retar a duelo tenaz y perpetuo al ortiba y al innoble; contra las almas vulgares, los sentimientos berretas, los corazones desleales, tanto sorete impune, contra los pagados de sí mismos, contra el falso, el traidor y el fariseo, los salvages e inmundos unitarios, los helados espíritus, los que no sienten nada, la mala educación de algunas niñas, los conductores de televisión, el intendente de la ciudad, la mesa de enlace y la hora de cierre de los bares, por citar al tuntún.
En fin...
Al mismo tiempo también nos enteramos que hay quienes proponen cambiar la fecha del Amigo al 19, en homenaje al quía de la foto. Rosarino, un baluarte del humor y la amistad, habitué como pocos, don Roberto Fontanarrosa.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZVZOfjdTI23O6iJ4DKngBbQRoWZrX6uelc0Lx1boaMeB3NyDYnYJY9gCXOFOinaiccwHboGj-01RYlsvc3VhfajdxfKu4aCOcn0SN55OUBG1dPyATa0AsGfhBto8l-KsZhus05Er7jp-b/s400/fbfn.jpg)
De más está decir entonces que Los Habitués, fervorosos militantes de toda causa que tenga por objeto honrar a los amigos y a la gente que vale la pena, como el Negro, todos los días de la vida y más allá, estamos entusiastamente de acuerdo.
¡Negro querido, un abrazo habitué! Dos años nomás... y la verdad que se lo extraña, che...
¡Qué lo parió, Don Inodoro!
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