17.11.11

lonplei habitué: confesión de parte

Dígame la verdá, quizás pensó que nos habíamos fugado... No se haga el sota y confiese; lo pensó, no me diga a mí que no, porque le veo el escepticismo pintado cual graffitti en el escracho. Quién me manda a mí a darle un mango a estos chitrulos; simpáticos, sí, pero andá a saber en qué matufias deben andar... ¿Eh? ¿Sí, no? Te conozco, alegre mascarita que me gritas al pasar... ¡Devolveme el tovén o te denuncio, rana!

Confesión por confesión: sí, nos habíamos fugado, pero nos pararon en la frontera —culpa acá del amigo Crespi, que tenía la cédula vencida— y nos tuvimos que volver, cariacontecidos, a seguir grabando el lonplei que le tenemos prometido...


En fin, como puede usted ver la logística habitué deja mucho que desear a la hora de planear transfugueadas, pero así y todo de vez en cuando la pegan y la cosa avanza viento en popa y enrredepente algún acorde afinado se deja ver —oír, más bien—, y hasta quién te dice que un día de estos terminamos el disco y se lo entregamos y todo...

Y aunque por ahora no hay demasiadas novedades, salvo que ya está a su disposición el estiquer-pagaré, vale autoadhesivo y/o calcamonía de curso legal —comuníquese con el habitué más cercano a su domicilio para obtenerla—, queríamos por la presente retomar el contatoc con usté, no sea cosa que en un ataque de ansiedá nos denuncie a la policía por fraude. O algo peor...

Eso nomás. Sabrá disculpar el cuelgue, como dicen los chicos ahora, que caracteriza a esta patota rante en estos días de duros trajines sonorops. Pero tenga por seguro que los Habitués fueron, son y serán consecuentes con aquella vieja consigna: mejor que decir es hacer, y mejor que prometer es realizar. Y en eso estamos.

¡Salute y hasta más ver! Esta barra, infinitamente agradecida.

Imprimir entrada

No hay comentarios. :