1.5.12

pequeño anarco-peronista ilustrado

Trabajás, te cansás, ¿qué ganás? Los Habitués, que se sepa de una vez por todas, son fieles seguidores de esta sabia doctrina perfeccionada a golpes de catrera, hamacas paraguayas, bancos de plaza y cualquier otro adminículo que propenda a jerarquizar la posición horizontal por sobre la vertical.

Y no es que no trabajan, que no se malentienda, porque trabajar, digamos, trabajan. Lo justo y necesario, trabajan. Una changuita acá, un laburito allá, una cosita, para mantener los vicios, hacerle un regalito a la patrona y darse un gusto de vez en cuando. Y después sí, no nos pidan más que hasta acá llegó mi amor; no sea cosa de andar deslomandosé pa' que algún chitrulo con cara, maneras y cuenta bancaria de jefe garca se llene los yobolsi con el sano y salado sudor de nuestras frentes. ¡Ni nunca!, como noblemente supieron decir alguna vez las rayas allá por el Yabebirí.

Porque, ¿qué me cuenta? Viene un ñato con un capital, unos manguitos, compra un coso, alquila un llerta, arma un emprendimiento, contrata a un par de muchachos, para de ahí en más no hacer ninguna otra cosa más que empezar a facturar que da calambre gracias al laburo ajeno... Y no sé, vea, hay algo ahí que no me cierra. Alguna matufia hay en el asunto éste, una nota que desafina, un tufo a injusticia primordial, qué quiere que le diga...

Los Mártires de Chicago: Engel, Fielden, Fischer, Ling, Schwab, Parsons, Neebe y Spies
El 1º de mayo se conmemora, para aquel que no lo sepa, el aniversario de la huelga general de los laburantes de Chicago allá en yanquilandia que en 1886 reclamaban la jornada laboral de 8 horas, que por aquellos años de la Segunda Revolución Industrial se extendía hasta 10, 12, 14 y hasta 18 horas agachando el lomo ¡y sin chistar, eh, mocito! Por aquellas jornadas de lucha, y después de que los dueños de la pelota juzgaran y ejecutaran a cinco dirigentes obreros anarquistas y socialistas (y la pena de prisión para otros tres de ellos) es que la Segunda Internacional instaura en 1889 el Primero de Mayo como Día Internacional de los Trabajadores.

Antonio Soto, el Gallego, anarquista y líder de las huelgas obreras de la Patagonia allá por el '21
Y parece mentira pero no lo es tanto, y para aquel que no lo sepa también, que en la historia de nuestra a veces inhumana especie se haya necesitado tanta lucha, tanta entrega, tanto esfuerzo y coraje para conquistar la mínima expresión de dignidad... Porque la historia de los derechos politicos y sociales que hoy, algunos, gozamos —derechos conquistados, arrebatados, perdidos, vueltos a conquistar... no tiene fin esta pelea—, está marcada por el esfuerzo y la sangre de miles de laburantes, hombres y mujeres que, por convicción, por solidaridad, pensando nomás que el hombre no debe explotar al hombre, y con la firme creencia de que un mundo mejor es no sólo posible sino casi obligatorio, entregaron alma y vida para hacer las revoluciones necesarias y, cómo no, las muchas que todavía faltan, en este mundo feo en el que el vento manda, esos papelitos de morondanga, y en donde pocos tienen tanto y tantos pero tantos, tan pero tan poco. Ay, ay, ay, animalito racional, egoísta y brutal... ya te vamo' a hacer cagar.

En fin. Cuestión que después del trabajo que me dio esta crónica, me voy a clavar una flor de siesta, que bien merecida me la tengo...

Compañeros queridos, dignos laburantes de toda laya, color y latitú, un abrazo peronista (que también sabemos lungas algunas de estas cuestiones), clasista y combativo. ¡Feliz día!
¡Salú!

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