14.4.12

fábula de la lenteja, el habitué y el cántaro

Lentejas (¿los Habitués?), amigos entrañables, bellísimas damas, galantes caballeros, lentejas (¿los caballeros?), folclore cordo'obé de primera, una noche agradable para patiar (léase "curtir patio") y tomarse un alguito en buena compañía, una gitana protegiéndonos de malos efluvios, un vino picado, nuestro querido e inefable Chino expiatorio que no estuvo pero estuvo más que nunca, las magníficas coreos de Peroni y Bieckert, lentejas (¿Peroni y Bieckert?), la presencia del coro polifónico de la Quema y su cuerpo de baile, una inoportuna inspección, lentejas... En fin, una bella noche más para el recuerdo. ¡Ah!, y no sé si les dije, unas lentejas como sólo las manos compañeras del Cántaro saben hacer.


—Che, ¿y la moraleja?
—¡Ah!, cierto. El que no c... ome lentejas, las deja... O algo así. Ponele.

¡Salú!

(¡Gracias, K-ro Calivar por las fotos!)

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