14.4.11

¿los habitués en la esma?

"... perdimos la suavidad de paco
la tristeza de haroldo
la lucidez de rodolfo
el coraje de tantos
ahora son pedacitos desparramados bajo todo el país
hojitas caídas del fervor / la esperanza / la fe
pedacitos que fueron alegría / combate
confianza en sueños
sueños/ sueños/ sueños
y los pedacitos rotos del sueño
¿se juntarán alguna vez?
¿se juntarán algún día / pedacitos?
¿están diciendo que los enganchemos al tejido
del sueño general?
¿están diciendo que soñemos mejor?"
JUAN GELMAN

Si bien bastante olvidadizos aunque rara vez desmemoriados, Los Habitués saben despabilarse cuando de cosas importantes se trata. Entonces se sacuden la modorra y las copas de más, se ponen agudos y filosos y, cómo no, se entregan al recuerdo. Tal es así que hasta rememoran (o imaginan) que “recordar” viene del latín recordis, que nos es otra cosa que volver a pasar por el corazón.

Y sí, la ocasión amerita en este caso sensibilidad pensante, porque, vea usted, Los Habitués han sido invitados a tocar nada más y nada menos que en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti.

Digamos de entrada que semejante convite justificaría de por sí la más incontenible de las alegrías y el honor, en una ocasión para el recuerdo, de cantarle a uno de los más grandes escritores argentinos, que además de increíblemente único con eso de las palabras y las historias, fue un decidido militante revolucionario, secuestrado por los esbirros de la última dictadura cívico-militar el 5 de mayo de 1976 y hasta hoy desaparecido.

Ahora bien y aquí llegamos de nuevo al punto que nos desvela (los ojos ciegos bien abiertos) y es que “El Haroldo Conti” (ya no el escritor sino el centro cultural, o “El Conti” a secas) está dentro de lo que fue uno de los más grandes centros clandestinos de detención y exterminio del terrorismo de Estado: la Escuela de Mecánica de la Armada. O la ESMA. [Ver texto completo, con muuucha data útil sobre el Espacio para la Memoria]

domingo 17 de abril
C. C. de la Memoria Haroldo Conti
Espacio para la Memoria (ex-ESMA)

en el ciclo Los amigos de mis amigos junto a otros artistas
Av. Del Libertador 8151, Núñez
desde las 18 hs. - Entrada libre y gratuita



Entonces: Los Habitués en el Espacio para la Memoria de lo que fue esa máquina del terror que fue la ESMA. Los Habitués y otros artistas en el Conti y por la memoria del gran escritor y de todos los compañeros y las compañeras detenidos-desaparecidos. Imaginate cómo van a resonar los versos de Santoro ese día, si además compartían militancia y otras varias movidas políticas y culturales. Los Habitués con Conti, con Santoro y con los 30 mil. Venite el domingo, vénganse.
Sólo se trata de ocupar el espacio. El espacio para la memoria. El de todos y todas, el nuestro.
¡Salú!

11.4.11

gracias

Como todo el mundo sabe, la generosidá no es algo que abunde en esta piedrita navegante del espacio sideral. A los tipos generosos más bien se los subestima, y es regla que en general les vaya mal —por lo menos en los términos de los tipos que creen que han triunfado en alguna cosa y les va bien—.

Pero hete aquí (¡ja!) que todavía, por suerte y gracias a dios Momo, quedan ejemplares de aquella vieja guardia generosa y desinteresada, para el bien de la monada que habita la mencionada piedrita, que se les importa un pito el que dirán y suelen atenerse a las razones del corazón antes que a, dudosas, conveniencias.

Uno de ellos, don Juan Rosasco, amigo y compañero que porque sí, porque se le dio la soberana gana, nos regaló un cacho de la presentación de su disco para que los Habitués se den el gusto de tocar la murguita en la afamada, famosa, tan fama ella, Trastienda, esa ahí, la de Balcarce. Aquí los vemos curtiendo escenario:


Los Habitués, eternos y callejeros cronopios, no tienen más que palabras de agradecimiento y esperan haber cumplido, con nobleza y esmero, la tarea encomendada en tan generosa invitación.

Porque...
debe ser que la vida es un cantar... ¡Gracias, Juan! 


PD: ¡Y gracias, Jazi, por los daguerrotipos!

4.4.11

efeméride

Cuatro de abril, viejo, cuatro de abril es hoy...

—Ahá.
—Y... ¿no nos va a decir nada?
—No, ¿por? ¿Qué le tendría que decir?
—A ver... piense. ¿Seguro que la fecha no le hace acordar a algo? Abril... hace tres años...
—No se haga el misterioso, y si quiere que le diga algo me lo dice, se lo digo, y listo.
—¡Pero así no tiene gracia! Si yo le digo lo que quiero que me diga y usté me lo dice lo que le dije es como si yo me lo dijera a mí mismo. En ese caso, usté no me haría falta para nada... así que si es por decir, mejor que ni me lo diga, si no van a decir que estamos locos. Aparte, es más lindo si me lo dice usté... A ver, vamos de nuevo. Piense...
—Mire, no le entendí un corno, pero bueno... Si es tan importante... Deme una pista.
—Bueno, vea, el cuatro de abril es el natalicio, el cumplesaño, digamos, de una banda muy importante...
—Siga...
—Una banda que hace tango... algo de murga... Fueyserá... Andan medio de traje... ¡No es tan difícil, che! Está negado...
—No me apure si me quiere sacar bueno. Espere. Banda de tango... murga... ¿De acá? ¿Argentinos?
—Sí, de acá.
—Ahá. ¿De ahora, o de antes?
—De ahora.
—Este... ¿Porteños?
—Sí.
—Y cuatro de abril me dijo... Hace tres años... Dosmil ocho... Eeeh... Ni idea, che. ¿Alguna otra pista?
—Los Ha...
—Los a... paratos...
—¡No, no! Los Ha... con hache... Los Habbb...
—Los hab... habaneros... de... ¿Nada que ver? Los hab... urrid... ¿No, tampoco?
—No. Los Habi...
—¡¡¡Los habilidosos!!! ¡Los habilidosos de...!
—...
—¿No son los habilidosos?
—No, no son.
—¡La pucha! Espere...
—No, ya está. Deje.
—Pero...
—No, deje, no importa.
—Bueno.

¡¡¡Feliz cumpleaños, Habitués!!! 
Tricota, viejo, parece mentira...