23.12.10

una sombra ya pronto serás

Parece mentira, parece que no, pero la tribu humana avanza. A pasos pequeños, con costos demasiado altos, pero avanza. Desde el fondo de los tiempos para reclamar lo que le es propio, el don que le ha sido dado. La capacidad de dar un paso más allá de sus instintos feroces... Pa' ser un cacho, justamente, más humanos, y mandar los resabios de inhumanidad a la cárcel de la Historia.

Una sociedad que quiere aprender a vivir en democracia, en libertad, con derechos iguales para todos, con justicia, ayer dijo -y antes de ayer, y antes de antes de ayer, y desde más antes lo viene diciendo- que hay crímenes que no son propios de la humanidad del Hombre y que no pueden ni deben perdonarse, condonarse, amnistiarse o indultarse.


Y es mucho. Tanto que quizás ni nos demos cuenta. Y a la vez todavía es poco. Todavía es muy poco. Muy poco si todavía hay quien no tiene casa ni trabajo. Si todavía hay quienes se van a dormir con hambre. Si todavía el igual es tratado como bestia, o enemigo. Si todavía el Poder, con uniforme o sin él, sigue matando. Como en Soldati, como en Formosa, como en Barracas -como todos los días en el combate sordo, genocidio ciego, hijo de la pobreza y la injusticia, en el que pibes deshumanizados por la pura mala suerte de nacer del vientre equivocado matan por nada a quien no merece morir, y mueren, por mucho menos-.

Pero todo es comienzo, y hay aires de (más) justicia dando vueltas, y la historia sigue. El pueblo argentino viene queriendo y se anima a reescribir su propia historia pa' adelante, su futuro. Y usted, mi muy señor mío, ya no es nada ni es nadie, apenas un hombre que ha de pagar sus crímenes, y que tuvo la suerte, y fíjese usted qué cosas, de tener el juicio que, por usted, a otros les fue negado.

Usted, señor, YA es historia. Ya ha pasado.

¡Salute, Córdoba! 

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