18.8.10

¡sofgüer libre!

Escúcheme una cosa, si usted está viendo esto como la mismísima mona, ¡¡¡es porque todavía está usando Internet Explorer, mecachendié!!!

Después de quemarnos las pestañas durante meses para poner a punto el coso éste, blog o como se llame, y a punto ya de dar la tarea por cumplida, va que se nos ocurre verlo en el Explorer y resulta que se ve como la mismísima miércoles... Así que ahora mismo decidimos cortar por lo sano la cuestión y sugerirle a usted que se actualice e instale de una buena vez un navegador como la gente, caramba, que ya es el colmo.

En un decisivo aporte a la comunidad le enchufamos acá mismo el link del navegador Google Chrome para que se lo baje y lo instale. Y si le hablaron del Mozilla Firefox, ahí lo tiene también, ¡qué tanto! Con cualquiera de los dos (se bajan de toque ¡y gratis!) el coso éste funciona fer-pec-to, taquelotiró a Bill Gates y la madre que lo parió....

¿Sorprendido? Nosotros también. Por lo que después de esta iracunda toma de partido bien valen algunas aclaraciones.

la flamante computadora habitué en la que se diseña el coso éste

Aunque parezca mentira, los Habitués, con esa facha de tarambanas salidos del túnel del tiempo, ese leve barniz de pasado con olor a glostora que ostentan, y ese aire de haberse perdido el último bondi al centro, en realidad, son fanáticos cultores del avance tecnológico en todas sus formas. Para abreviar, siempre están al tanto, aunque más no sea por curiosidad, del último grito de la moda aunque, las más de las veces -ya que inventar pelotudeces sin parar es una de las principales tareas de la humanidad-, el mencionado último grito los deja algo sordos, y prefieren volver al arrullo suave y cadencioso de su realidad de pavita de aluminio abollada y a su vieja y querida spica a transistores, convencidos de que hay inventos que, sencillamente, no pueden mejorarse. Como el sacacorchos, por ejemplo.

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