5.4.10

¡queloscumplás, queloscumplás...!

Yo no quiero decir nada, pero parece que los Habitués están cumpliendo años. Y digo parece porque, por supuesto, y como no podía ser de otra manera, en el seno habitué hay opiniones dispares sobre el asunto, y mitos sobre la creación del grupo abundan.

Hay quien dice que la fecha de nacimiento es en enero, fecha en la que los proto-habitués se reunieron secretamente con un gran productor de pelo colorado en cierto sucucho ahí por el barrio de Flores para convenir vaya a saber uno qué cosas. Nadie sabe muy bien quién o quiénes asistieron a esa famosa reunión. Lo cierto es que muchos habitués dicen que allí estuvieron para plantar la piedra fundamental. Cuándo se les pregunta quién más estuvo, no saben contestar, se contradicen y dubitatean... Mmm.

Hay quienes dicen que esa reunión nunca ocurrió, y que los que dicen que estuvieron mienten con el objeto de conseguir prerrogativas de fundador, y mencionan como contraprueba un asado anterior (o quizás posterior, no se sabe) en un bodegón de Almagro en el que se habrían decidido las líneas fundamentales de la futura agrupación. Acá siempre se suscita un problema porque los de Flores también dicen que estuvieron en el asado, cosa que es refutada con virulencia por los del bodegón de Almagro (¡ah, claro!, son como Dios ustedes, omnipresentes, ¡andá!). Sin embargo ambos bandos coinciden en que, se trate de uno u otro encuentro, era enero. Los de Flores dicen que los de Almagro seguro estaban demasiado encurdelados como para acordarse quién estaba o no, y así seguimos...

Crespi dice que él inventó a Los Habitués después de un extraño sueño que tuvo estando en un país extranjero, y que estaba solo. Y que era febrero. Todos le dicen que sí pero no le dan un cuarto de pelota, si total lo dejan contento.

Yo opino por mi parte, y para agregarle un poco de sal al asunto, que los Habitués nunca existieron, que todavía no nacieron, y que se trata de un invento de los medios. De más está decir que todos los demás, que no entienden de sutilezas filosóficas, me quieren cagar bien a trompadas cuando trato de llevar la discusión para ese lado.

Lo que es indiscutible es que un día viernes 4 de abril de hace como dos años los Habitués, después de semanas de arduos ensayos, de intensas discusiones, de frágiles consensos en torno a la pilcha y la pintura, por fin debutaron en un café medio famoso ahí por Avenida de Mayo. ¡Enhorabuena, muchachos! Porque llegamos al punto.

Hoy los Habitués recibieron un regalo. De pura casualidad. Y viene a resultar que ayer se cumplía este segundo aniversario de aquel histórico puntapie inicial... Acá va:


¡Esss-pe-tac-u-larrr! Increíble la puntería de don Miguel Middonno, del que ya hablamos en otra oportunidad. Hace unas semanas nos pidió las servilletas y se las llevó misteriosamente para por fin, hoy, entregarnos el resultado de sus artísticos desvelos. Qué quiere que le diga, estoy conmovido, estoy.

Los Habitués, agrandados como sorete en kerosén  (¿era así el dicho?), no tienen palabras para agradecer el gesto de este amigo de ley que supo capturar la esencia habitué en esta hermosísima imagen (un vinito también hubiera ido bien, me dicen por sobre el hombro). Miguelito, ¡a su salú y a la de su mágica lente!

¿Qué más decir? Nada. Por mi parte agrego: ¡Feliz cumple, muchachos! Un gusto, un placer, un honor y un orgullo formar parte de esta patriada músico-histórico-vital-carnavalera tan... pero tan..., tan-tán..., bueno... Eso.


¡Salute, compañeros! Y que cuuuuumplan muuuuchos máaaaas...

Posdata: hay otro importantísimo y bello regalo que recibieron los Habitués en estos días, otra obra de arte, directa desde el corazón de Clarita "Muchaonda" Bols que sacó lagrimones a la muchachada. Debo confesar que no he tenido tiempo de ponerla todavía en el coso, y pido disculpas. Paciencia, querubines, a aguantar los trapos, y a esperar hasta mañana. Por ahora: misterio...

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