30.1.10

Ma, hay un bitle en la terraza...

Interrumpimos levemente y por un ratito la crónica carnavalera porque hoy es el aniversario de un hecho histórico y porque además, claro, algún que otro habitué anda por ahí metido, para variar.

¿Qué corno hacían Bols y Crespi el 30 de enero de 1969 en Londres, más precisamente en la terraza de los estudios Abbey Road? ¿Cómo llegaron allí? ¿De dónde venían? ¿A dónde iban? ¡¿Eh?! Justo ellos, finos exponentes del tango reo y que de rocanrol nada...

Algunos dicen que venían rajados de París, donde, muchachos realistas, siempre pidiendo lo imposible, meses antes (en mayo para ser más precisos) la imaginación a fuerza de adoquines había estado a punto de llegar al poder (dicen). Después, claro, se pudrió la cosa, patitas pa' qué las quiero, y el último es cola de chancho.



No importa, de todos modos. La pregunta es cómo se agenciaron el pase para ser testigos privilegiados de ese momento grandioso y cúlmine en el que los Beatles, por última vez y para siempre, volvían a tocar rock & roll en vivo y en directo, como antes, como nunca. Aunque me alegro por ellos, una sorda envidia me corroe el alma, debo confesarlo.

Bols deja entrever con aire distraído que conocía a los Fab Four de las épocas que anduvo por Alemania, año '60 o '61. Qué hacía Bols en esos años recorriendo tugurios jazzeros y rocanroleros en Hamburgo es otro de los misterios que recorren la historia habitué. Y tratándose de Bols es mejor no preguntar. Por las dudas.

Crespi, por su parte, dice que los Bitles..., sí, que estuvieron bien, tampoco nada del otro mundo, que no entiende por qué tanta alharaca, y que para rocanrol le gusta más la orquesta del "Rey del compás" Juancito D'arienzo... En fin, ¡taquetetiró, Crespi!

Cuando el concierto fue detenido por la sobria policía londinense (miles de videos documentan el momento preciso) Bols y Crespi, tipos prudentes, ya se habían tomado el olivo (lo que apuntala la teoría de que andaban escapados, claro). Se los volvió a ver meses después en Córdoba, se ve que con todo lo que habían aprendido ahí por las tierras de nuestro francés Pernod un año antes, pero esa es otra historia.

Una más de las tantas que no vale la pena recordar.

Salute.

PD: ¡¡¡Hoy Corso Cascabelero en Lanús, eh!!! Se vemo' ahí. Chaucha.

Imprimir entrada

No hay comentarios. :